Es uno de los maquinistas más queridos y respetados por quienes conforman la entidad. Un hombre que a partir de su compromiso y su actitud le rinde honor al título de ser tercera generación vial.
Hay gente que nació para transmitir simpleza, humildad y calidez. Personas cuya principal carta de presentación es una sonrisa constante y perfectamente humana.
Esas, entre otras cualidades, pintan de cuerpo entero a Ricardo “Perro” Molina, distinguido recientemente por la dedicación y el empeño manifestado en su trayectoria.
El reconocimiento estuvo a cargo del administrador general de la Dirección Provincial de Vialidad, Osvaldo Romagnoli, del Subadministrador, Oscar Giuberti, y parte del equipo de trabajo.
La iniciativa forma parte de un conjunto de acciones desplegadas por la actual gestión de la entidad con el fin poner en valor el capital humano con que cuenta el organismo fundado en marzo de 1931.
54 años, casi 32 de trayectoria, dos hijos, y miles de kilómetros recorridos, muchos de los cuales han transcurrido en situaciones extremas.
A fines de 2017 y durante enero de 2018, se desató en el sur de Mendoza uno de los peores incendios de campo de las últimas décadas. Vialidad Provincial desplegó toda su flota pesada para establecer las picadas cortafuego y asistir al resto de los organismos que emprendieron la lucha contra las llamas.
Allí estaba “El perro”, mimetizado en su TP6 D8H (una de las “bestias” mecánicas de la entidad), atravesando el terreno para posibilitar que los brigadistas pudieran generar la estrategia del contrafuego.
Las imágenes recorrieron el País. Y la mayoría supimos, tiempo después, que aquel que había estado más de 16 horas continuas metido en esa máquina haciendo camino con las llamas consumiendo todo a pocos metros, era él.
Damián Lacoste, Murúa, Echegaray, Gélvez, Durán, y su gran amigo Ábrego, son algunos de los que resuenan en la lista de sus mentores y compañeros memorables.
La entonces área de Herrería y Fundición lo tuvo a su abuelo, Salvador, entre sus filas. Y en el sector de Mecánica, se desempeñó después su padre, Julio.
Ricardo, parte de la división Equipos, es la tercera generación de hombres viales.
“Vialidad es mi familia y mi vida”, dice. “Me tocan Vialidad y me duele”, subraya.
Sin dudas, un pilar. No sólo para Vialidad sino para toda la sociedad. Las instituciones, señala la experiencia, son las personas que las componen.