Tras dos semanas de arduo trabajo, con operarios en plena faena día y noche, pernoctando todo este tiempo en pleno desierto, Vialidad Mendoza dejó listo el camino a la comunidad huarpe de Lagunas del Rosario, en el departamento de Lavalle, donde mañana comienzan los tradicionales y populares festejos patronales de la Virgen, cuyo epicentro es la capilla actual existente desde mediados del siglo XVIII.
Los 50 kilómetros de camino de suelo natural consolidado que separan a Lagunas del Rosario de la Ruta Nacional 40, quedaron en óptimas condiciones para recibir a los más de 50.000 visitantes que cada año llegan a participar en todo tipo de vehículos de las fiestas religiosas, que se desarrollan durante tres días.
La traza entre la RN 40 y Lagunas del Rosario siempre fue complicada porque los suelos autóctonos no son aptos para ser transitados. Sin embargo, hace unos 30 años, la DPV volcó sobre la vieja huella toneladas de tierra traída de otros puntos de la provincia para montar un camino consolidado que soportara el paso de vehículos.
Aquel trabajo fundacional ha sido y tiene que ser mantenido todos los años para que el desierto no se trague el camino definitivamente. Esa tarea es la que los hombres de la DPV cumplieron en estas últimas dos semanas, como cada temporada, en la previa de las fiestas patronales.
Diego Giménez, jefe de Zona Norte de la DPV señaló que “ya tenemos el camino listo, con casi una decena de personas y siete equipos entre motoniveladoras y camiones regadores”.
Explicó que “lo más necesario para lograr que el camino quede transitable es lo que más escasea: el agua, la que es necesaria para que no se deteriore y soporte el paso de los vehículos una vez que queda emparejado”.
Detalló que “por esto hemos tenido que regar de noche para que la humedad del suelo se mantenga cuando llega el día y así afirmar el suelo con el paso de las máquinas para que la traza quede en óptimas condiciones”.
Giménez indicó que “el agua no es fácil encontrarla, una parte menor la obtenemos de algunos pozos de la zona y la mayor parte la tenemos que traer en los camiones regadores, de otros puntos de la provincia”.
El jefe de Zona Norte destacó que “el esfuerzo que hacen los trabajadores de Vialidad aquí es muy grande, porque no vuelven a sus casas sino que durante estas dos o tres semanas se quedan en el campamento, trabajando, comiendo y durmiendo en el desierto, tarea que llevamos a cabo dos veces al año”.
Por su parte, Daniel Quiroga, presidente de la Capilla del Rosario, expresó que “es un gran apoyo tener a la gente de la DPV trabajando en las fiestas patronales, pero además no solo para esta fecha sino para todo el año por los visitantes, por las tres escuelas que tenemos en la zona, y por el tema de salud para que las ambulancias puedan ingresar en cualquier momento ante una emergencia”.